sábado, 23 de abril de 2011

Carta sobre el amor filial y el amor esponsalicio

Amada mía:

Sabes amor, me duele ver que para ti el amor filial es más grande que el amor esponsalicio. Para ti, según lo que dices, no existe un acto de amor más grande que aquel en el cual se da la vida por un amigo. Pues bien, déjame decirte que esa tesis es falsa en muchos sentidos.

En primer lugar, se dice que el amor el esponsalicio implica una entrega total del propio ser, mientras que en el amor filial se entrega, a lo mucho, una pequeña parcela de tu espíritu. Por más amor que se le tenga a un amigo, el tipo de donación que se da entre ellos está limitada en muchos aspectos. El lazo que une a una persona con otra de forma filial, no implica una entrega total del cuerpo, por poner ejemplo. Esto no significa que estamos imposibilitados para dar la vida por un amigo, sino que existe una limitante en la donación. El acto sexuado entre amigos, comprendiendo la sexualidad en su significado real, o reduce la amistad a una entrega cosificante, donde una parte reduce al otro a un mero objeto de placer, utilidad o entretenimiento, o la transforma en una clase de amor distinta a la filial.

En segundo lugar, si bien es cierto que un buen amigo vale la pena tanto como para dar la vida por él, la amada, que es quien dota de sentido a nuestro existir y nos dignifica con su amor, implica un dar la vida en todo momento. Por un buen amigo puedes luchar y sacrificarte en ciertas ocasiones, siempre y cuando sea requerido, por la mujer amada se lucha siempre y sin poner condición alguna. Amar a tu pareja, así, significa amarla todo el tiempo; amar a tu pareja significa luchar en todo momento por su felicidad, incluso cuando ello significa renunciar a aquello que nos deleita o nos causa un bienestar[1].

En tercer lugar, el amor esponsalicio exige un compromiso irrenunciable, o, lo que es lo mismo, un compromiso existencial: cuando juras amar a alguien en un sentido esponsalicio, comprometes tu existencia no porque dependas de esa persona para existir, sino porque tu existencia dejaría de ser la misma si esa persona faltase. Este compromiso existencial es un vivir con el otro por el otro, lo cual no se da en el amor filial, ni es condición de posibilidad para la amistad.

Finalmente, el amor esponsalicio, al ser entrega total, incondicionada y comprometida, es un dar la vida que dignifica y enaltece tu propio existir, motivo por el cual sólo es dado a una persona y no a muchas. En cambio, el amor filial, al no ser total, es más pleno en lo diverso: amigos hay muchos, amor esponsalicio, sólo uno.

Todo esto no significa que los amigos carezcan de valor, pues, al ser seres únicos e irrepetibles, son insustituibles. Incluso podría decirse que no existe mejor amigo que aquel que es tu amor esponsalicio, pues el amor filial es una parte indispensable para el amor esponsalicio. Amar, en este sentido, implica que la persona amada es, al mismo tiempo, tu fiel compañera.

Atte

Neferteris



[1] Sobre este punto es importante recordar que bien y bienestar son dos cosas distintas, pues, por ejemplo, una operación es un bien, más no genera ningún tipo de bienestar: cuando el médico realiza la intervención quirúrgica, no existe ninguna clase de bienestar, pero si un bien que se busca, a saber, la salud.