miércoles, 1 de diciembre de 2010

Concepto de habilidades del pensamiento


Uno de los pilares de la educación es, sin lugar a dudas, la naturaleza racional del hombre. De la misma forma, el hombre por naturaleza tiende al perfeccionamiento de sus propias habilidades y talentos. De estas dos premisas se sigue que el objetivo de la educación es lograr el perfeccionamiento del hombre en todas sus dimensiones. La educación debe centrarse en la integralidad del hombre mismo, donde uno de los elementos principales para alcanzar este objetivo son las habilidades del pensamiento.

Una educación de calidad implica el desarrollo pleno de las distintas habilidades del pensamiento, tanto en los educandos como de parte de los educadores. En este sentido, la educación sólo es posible si a lo largo de la formación de los individuos se fomenta el sano desarrollo de estas habilidades. Tratar de definir estas habilidades, sin embargo, es complicado, pues las habilidades pueden ser de dos tipos: simples y complejas. Las primeras, por su parte, comprenden habilidades como observar, identificar, clasificar, inferir, etc.; mientras que las segundas se consolidan a partir de la conjunción de habilidades simples y ciertas disposiciones, valores y consecuencias. Esto último puede verse con mayor claridad en la descripción que Díaz Barriga hace respecto a la habilidad conocida como “pensamiento crítico”, a saber: “en un primer nivel, el pensamiento crítico estaría compuesto de habilidades analíticas, micro-lógicas, pero su desarrollo pleno requiere el paso a un segundo nivel, donde la persona comienza a comprender y usar la perspectiva de los otros a fin de generar un sentido holístico de racionalidad, que corresponde a un tipo de razonamiento dialógico. Por esto es que el pensamiento crítico no puede concebirse solamente como el agregado de una serie de habilidades técnicas discretas; por el contrario requiere integrar disposiciones, valores y consecuencias” (Díaz Barriga, p. 3).

Las habilidades del pensamiento, propiamente, son aquellos elementos necesarios para el desarrollo integral fundamentales para que aprender a pensar mejor. Desde otra perspectiva, las habilidades del pensamiento pueden ser entendidas como aquellas destrezas cognitivas que el hombre, por naturaleza, puede adquirir a través del proceso de enseñanza-aprendizaje. En este segundo sentido, es necesario que la educación busque el Desarrollo Pleno de las Habilidades del Pensamiento. Una tercera concepción de las habilidades del pensamiento, extraída de las dos anteriores, nos indica que éstas son aquellas habilidades necesarias para el aprendizaje, a partir de las cuales el hombre alcanza un perfeccionamiento de su propia naturaleza. De esta forma, las habilidades del pensamiento se asemejan a las virtudes en cuanto que ambas constituyen una segunda naturaleza del hombre, es decir, hábitos que forman nuestra inteligencia, voluntad y carácter.

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